Fábulas del ganso nievealado (II)

Fábulas del ganso nievealado (II)
Fábulas del ganso nievealado (II)NameFábulas del ganso nievealado (II)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, Fábulas del ganso nievealado
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DescriptionUn pequeño libro de cuentos muy popular en Fontaine. Su hermosa portada ha hecho creer a más de un niño que el libro había sido escrito por el legendario y bondadoso ganso nievealado.

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La princesa Jazmimpoluto

En un pasado no muy lejano, tanto las plantas como las bestias contaban con reinos propios.
En el reino Jazmimpoluto vivía una princesa que tenía un largo cabello de color rosa. Según decían, nació en las pinzas de un cangrejo, pero nunca echó sus suaves raíces en ningún lugar, de modo que siempre fue una pequeña semilla rígida y dura.
“Querida hija mía, mi tesoro más preciado, ¿por qué tardas tanto en decidir tu camino y no vives una vida noble y tranquila?”, le preguntó su padre, el rey de Jazmimpoluto, con inquietud.
“Papá, por favor, ¡no te angusties! He nacido en las pinzas de un cangrejo, por lo que esas pinzas son mi buque insignia. Mi destino no es echar raíces en una tierra corriente ni convertirme en una flor bella y dulce, ¡sino conquistar el mar y explorar un nuevo y maravilloso mundo!”.
El rey se asustó con las palabras de la princesa, pues él mismo era una simple y delicada flor. Si la tierra fértil no la satisfacía, ¡sería terrible que quisiera que sus estambres fueran más nobles y magníficos que los del propio rey!
El rey pensaba esto porque solo era una flor que se sentía inferior.

Entonces, encarceló a la princesa y a sus pinzas de cangrejo en una caja de oro, y puso la caja en un espejo hecho de agua pura. Luego, lanzó el espejo a un lago zafíreo situado en el reino Loto Pluvioeterno. La única forma de abrir la caja para que la princesa emergiera hasta la superficie era hacer reír a la madre de los lotos. Sin embargo, todo el mundo sabe que los lotos pluvioeternos ya estaban acostumbrados a llorar.

“¡Ya está!”, pensó el rey. “Así nadie amenazará mi trono y solo tendré que esperar a que pase el tiempo para que la cubierta de la semilla de mi querida hija se rompa, que pierda ese deseo de ir de aventuras y que no tenga más remedio que crecer.

Entonces, igual que yo, ¡mi hija acatará las normas que tiene predestinadas y crecerá fuerte y sana!”.

Sin embargo, el largo cautiverio de la princesa nunca hizo que se acobardase. Con el fin de abrir la caja, ensayaba toda clase de chistes una y otra vez, de modo que incluso las pinzas de cangrejo y la misma caja llegaron a moverse de risa. Pero nada de eso fue suficiente...
Ensayó distintas obras de comedia, hasta que las pinzas de cangrejo no pudieron evitar ponerse a bailar con la semilla de la princesa —¡y aunque unas pinzas no pueden tener ni pies ni manos!—. Ensayó y ensayó hasta que la caja se convirtió en un gran teatro de comedia. Pero nada de eso fue suficiente...
Entonces, la princesa buscó inspiración en su celda para encontrar cosas que fueran graciosas y con las que hacer reír a todo cuanto había a su alrededor. Así, las pinzas y ella se reían y lloraban una y otra vez, de modo que hasta los lotos pluvioeternos se sintieron atraídos por sus chistes y se reían sin darse cuenta. Al final, la madre de los lotos accedió a una audiencia con la princesa.
Sorprendentemente, no pudo contener la risa al ver a la princesa, y se rio tanto que el frío palacio se estremeció y quebró el lago zafíreo.
Así fue como la princesa Jazmimpoluto consiguió la libertad y, aún más importante, la habilidad de reírse y hacer reír a los demás incluso en los momentos más difíciles.
Navegó por las olas montada en las pinzas de cangrejo y nunca echó raíces para poder viajar a la tierra de sus sueños. Así fue como nació en los mares la leyenda del buque de las pinzas de cangrejo.

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