Nuevas crónicas de los seis kitsune

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Nuevas crónicas de los seis kitsune: Prólogo
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Nuevas crónicas de los seis kitsune (I)
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Nuevas crónicas de los seis kitsune (II)
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Nuevas crónicas de los seis kitsune (III)
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Nuevas crónicas de los seis kitsune (IV)
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Nuevas crónicas de los seis kitsune (V)
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Nuevas crónicas de los seis kitsune: Prólogo
Nuevas crónicas de los seis kitsune (I)
Nuevas crónicas de los seis kitsune (II)
Nuevas crónicas de los seis kitsune (III)
Nuevas crónicas de los seis kitsune (IV)
Nuevas crónicas de los seis kitsune (V)

Nuevas crónicas de los seis kitsune (I)

Nuevas crónicas de los seis kitsune (I)
Nuevas crónicas de los seis kitsune (I)NameNuevas crónicas de los seis kitsune (I)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, Nuevas crónicas de los seis kitsune
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DescriptionItaru, “el zorro negro” y sus hazañas originalmente formaban parte del tercer volumen de «Crónicas de los seis kitsune de Urakusai», pero debido a las preferencias del autor, fueron publicadas en el primer volumen.
Disculpen por divagar. Antes de cada historia, habrá una introducción.
¿Por qué “Nuevas” crónicas de los seis kitsune?
Como sabrán, cuando hay algo nuevo, invariablemente hay algo viejo. Este volumen presenta ligeras modificaciones de la versión popular de las «Crónicas de los seis kitsune de Urakusai» de hace quinientos años. Mi escritura tiene sus limitaciones, pero me gustaría pensar que el mismo Urakusai disfrutaría de ella, así como todos los demás.
Hablando de él, obtuvo la fama cuando apenas era un niño. Mostró gran interés tanto en la literatura como en las ceremonias del té. Era considerado como uno de los kitsune de mayor porte y elegancia entre los suyos.
Desafortunadamente, hace quinientos años, Urakusai cometió un grave error que llevó consigo por el resto de sus días...

Sin más preámbulos, la primera escena de las «Nuevas crónicas de los seis kitsune» comienza con la imponente Montaña Yougou.
Se dice que en aquel entonces, la gran kitsune Hakushin contaba con seis aprendices, todos ellos poderosos e ingeniosos. Se encargaba de ayudar a Hakushin con los asuntos del santuario y a proteger la Montaña Yougou.

La menor de ellos era Itaru, la “kitsune negra”. A pesar de ser una kitsune femenina, prefería asumir una forma corpulenta y robusta, y tenía una personalidad indómita. En una ocasión, comenzó a causar problemas en el templo del santuario después de beber, y tumbó un repositorio de la Shogun. Hakushin estaba furiosa, y desterró a Itaru de la montaña para que reflexionara sobre sus acciones.
Itaru no se inmutó al dejar la montaña, e hizo caso omiso de las advertencias de Hakushin. Tras encontrar una botella de licor, se dirigió a una pequeña aldea en busca de problemas.

Nuevas crónicas de los seis kitsune (II)

Nuevas crónicas de los seis kitsune (II)
Nuevas crónicas de los seis kitsune (II)NameNuevas crónicas de los seis kitsune (II)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, Nuevas crónicas de los seis kitsune
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DescriptionEste volumen narra la historia de las diferencias entre Itaru, “el zorro negro” y las oni gemelas de Tokaku. Desafortunadamente, este cuento quedó olvidado en los textos originales, solo para ser descubierto y editado en su presentación actual.
En el capítulo anterior, Itaru, la kitsune negra, se dirigía a una aldea buscando problemas. En realidad, lo que encontró fueron dos mujeres vestidas como leñadoras, armadas hasta los dientes con espadas de diferentes tamaños y propósitos.

Al ver una silueta alta y oscura acercarse, cuyas zancadas sacudían la tierra y levantaban el polvo, las dos mujeres se pusieron en guardia, y empuñando sus armas preguntaron al unísono:

“¿Quién eres? ¿Eres un monstruo?”.

A lo que la sombra respondió:

“¿Un monstruo? ¡Jaja!”.

Sin dudarlo, ambas mujeres desenvainaron sus espadas para matar a Itaru. Pero ella las tomó de las muñecas mientras evadía sus ataques y sus espadas largas cayeron al piso. Intentaron desenvainar sus wakizashis, pero ya era muy tarde. Itaru dio un manotazo a una de ellas y la lanzó contra el suelo, y tomó a la otra del cuello de la camisa mientras le ponía el pie en el pecho a la que estaba en el suelo.

“¿Las oni gemelas de Tokaku? ¡Parece que no aprendieron nada el año pasado después de la paliza que les di por acechar a los aldeanos!”.

Al escucharla, las dos bandidas se estremecieron de miedo y rogaron por sus vidas. La kitsune negra las arrojó al suelo y dijo:

“En fin, soy un monstruo sin dueño que ha sido desterrado por mi ama, Hakushin. Así que ¿por qué no me acompañan a ayudar a los necesitados? ¡Será divertido!”.

Nuevas crónicas de los seis kitsune (III)

Nuevas crónicas de los seis kitsune (III)
Nuevas crónicas de los seis kitsune (III)NameNuevas crónicas de los seis kitsune (III)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, Nuevas crónicas de los seis kitsune
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DescriptionEn las «Crónicas de los seis kitsune de Urakusai», escrita hace quinientos años, Youzan y Yui prosiguen sus historias por separado, pero en esta ocasión la madre y su hija siguen siendo rescatadas por Itaru.
En el capítulo anterior, Itaru, la kitsune negra, logró someter a la pareja de bandidas, las oni gemelas de Tokaku, y comenzó su recorrido para ayudar a los desamparados.

Durante una parada en la Aldea Konda, se encontraron con una mujer y su hija.
Tras entablar conversación con ella, supieron que se llamaba Youzan, y su hija, Yui. Ambas eran músicos de la lejana Isla Seirai, y venían a celebrar el festival en Inazuma. Sin embargo, fueron estafadas por un vendedor de calavandas que, después de ofrecerles unas cuantas para saciar su sed, las obligó a comprárselas a un precio desorbitante. Sin embargo, el par de músicos no era muy acaudalado, y no tenían dinero suficiente para continuar con su peregrinaje o para regresar a casa...
Las oni gemelas de Tokaku eran famosas por ser impulsivas. Al escuchar la historia, rechinaron los dientes y decidieron darle a ese comerciante deshonesto una lección y cortarlo en mil pedazos. Sin embargo, la kitsune negra pensó en otro plan:

“Bien. Entendido”.

Después reconfortó a la madre y a la hija.

“No se preocupen. Hablaré con él y me haré cargo”.

Habiendo dicho esto, Itaru se dirige a buscar al comerciante deshonesto.

Nuevas crónicas de los seis kitsune (IV)

Nuevas crónicas de los seis kitsune (IV)
Nuevas crónicas de los seis kitsune (IV)NameNuevas crónicas de los seis kitsune (IV)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, Nuevas crónicas de los seis kitsune
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DescriptionEste es el episodio más tenso de la serie, y se dice que fue escrito por Urakusai al volver a Liyue. En esta edición se presenta la adaptación íntegra propuesta por el escritor.
En el capítulo anterior, Itaru, la kitsune negra, emprendió su búsqueda del comerciante deshonesto para intentar entrar en razón con él.

Dozaemon, el vendedor de calavandas, había sido samurái en el pasado, pero no pudo poner en práctica sus habilidades en Inazuma y terminó por convertirse en comerciante. Más tarde, aprendió a hacer negocios por medios deshonestos como extorsión e intimidación. Nadie se atrevía a meterse con él, y se convirtió en un personaje influyente en la aldea.

Ese mismo día, Dozaemon se encontraba relajándose enfrente de su tienda, cuando una gran sombra eclipsó el sol.

“¡Oye! ¡Quiero una calavanda!”.

Dozaemon inspeccionó de arriba abajo a ese cliente muscular, oscuro y rudo, ¡y para su sorpresa, se trataba de una mujer!

“¿Cuántas quieres?”.

La kitsune negra lanzó una mirada al wakizashi del comerciante, pero evadió la pregunta.

“Qué buena espada tienes ahí”.

“Claro que sí. Vengo de una familia de artistas marciales, así que sería lógico portar la reliquia de la familia”.

Dozaemon estaba confundido, pero la kitsune negra continuó con la conversación.

“Es una pena que ahora la uses para cortar calavandas”.

La respuesta provocó a Dozaemon, quien, molesto, respondió:

“¿Viniste a comprar calavandas o no? ¿A qué viene tanta cháchara?”.

“Sí, a eso vine”.

Itaru sonrió a Dozaemon como gesto de disculpa.

“Deme una fanega de calavanda. Sin cáscara”.

Dozaemon parecía confundido, pero no cuestionó su solicitud. Cortó una fanega entera de calavanda y la pesó.

“Disculpe, ¿por qué la báscula está inclinada?”.

Dozaemon empuña la espada al escuchar las palabras de Itaru.

“¡Es como si la báscula fuera temperamental!”.

“¿Te parece divertido? ¿Por qué no me pagas primero?”.

Dozaemon ya no podía esconder más su enojo, y comenzó a discutir con ella.

“Ja, no tengo inconveniente en pagarte primero, pero me temo que no lo aceptarás”.

“¡Lo tomaré si tú me pagas!”.

“¿En serio?”.

“¡Por supuesto!”.

Al grito de “¡Atrápala!”, Itaru arrojó una bolsa llena de Moras a la cara de Dozaemon. Él no fue capaz de reaccionar a tiempo, y la bolsa golpeó de lleno su rostro. Dozaemon cayó de espaldas y soltó su preciado wakizashi. Su nariz quedó plana, y su rostro parecía una hoja de papel.

Itaru dio dos pasos y puso el pie sobre el pecho del comerciante. Sin decir una palabra, le asestó un puñetazo en la cara. El golpe fue tan fuerte que Dozaemon solo veía estrellas, pero aun así forcejeó para ponerse de pie. Cuando al fin logró hacerse con su wakizashi, Itaru se dio cuenta y le dio otro golpe contundente. Fue tan fuerte que, al aterrizar, un par de orejas de tanuki brotaron de la cabeza de Dozaemon, quien comenzó a implorar por su vida.

Itaru estalló en carcajadas al darse cuenta. ¡El comerciante deshonesto era en realidad un sucio tanuki disfrazado!

Al final, confiscó el wakizashi robado, distribuyó la riqueza del tanuki a toda la aldea, y el resto se lo dio a la madre y a la hija desconsoladas. Itaru perdonó la vida del tanuki y continuó con su travesía.

Nuevas crónicas de los seis kitsune (V)

Nuevas crónicas de los seis kitsune (V)
Nuevas crónicas de los seis kitsune (V)NameNuevas crónicas de los seis kitsune (V)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, Nuevas crónicas de los seis kitsune
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DescriptionUna nueva adición a «Nuevas crónicas de los seis kitsune» con comentarios sobre eventos antiguos. Si al lector le parece de poco interés, puede omitir este tomo, pero para el autor, es un tema el cual se debe discutir y expresar, por lo que vale la pena dedicarle unos cuantos trazos de tinta.
Aunque las anécdotas de Itaru, la kitsune negra, llegaron a su fin, pido que me perdonen por divagar sobre cosas del pasado.
Por alguna razón que hasta la fecha no se ha podido esclarecer, en aquel entonces Urakusai incitó la ira de la señorita Saiguu. Sin embargo, la Srta. Yae accedió a contarme la historia conforme el vino fluía.
Lo que sigue a continuación son mis propias palabras. He transformado la realidad en una historia ficticia.
Cuando la Sacerdotisa Kitsune dejó los campos de Hakushin para dirigirse al Gran Santuario Narukami, la Srta. Yae aún no había nacido. Por eso, esta pasó su infancia escuchando historias sobre la señorita Saiguu, y desarrolló una gran admiración y respeto por ella.
Por esta razón, los años de peregrinaje de Yae llegaron a su fin con su visita al Gran Santuario Narukami.

Debido a su relación sanguínea, la Sacerdotisa Kitsune prestó gran atención a la crianza de la Srta. Yae. Sin embargo, la Srta. Yae ahora evita en la medida de lo posible recordar aquellos días...
Aunque he asegurado que estas no son más que palabras del autor, evité divulgar muchos detalles de la vida de la Srta. Yae para evitar que estas líneas sean eliminadas por la editora jefa.

Pero volvamos al tema de la señorita Saiguu. En aquella época, Urakusai provocó la ira de Saiguu por motivos desconocidos hasta hoy día. Lo único que se sabe es que quizás sus acciones estuvieron relacionadas con la última incursión del Abismo.
Sin embargo, después de que Urakusai fuera obligado a marcharse al destierro, la Sacerdotisa Kitsune no podía quedarse en el Gran Santuario Narukami, por lo que fijó su residencia en Tenshukaku.

“Una gran calamidad se avecina. Debo cumplir con mi deber de proteger a los seres vivos, por lo que debo acudir a la Shogun lo antes posible”.

Al momento de la segunda partida de la señorita Saiguu, la Srta. Yae no era más que una jovencita. La persona a la que siempre había seguido la dejó una vez más. No comprendimos las palabras de Saiguu hasta que el desastre azotó el archipiélago...
Pero ya era demasiado tarde, y el curso de la historia fue contrario a lo que uno esperaba.
Entonces, la señorita Saiguu se marchó por tercera vez, y en esta ocasión, de manera definitiva.

Para los humanos, los acontecimientos de hace quinientos años son algo muy remoto, pero para aquellos seres de vidas más longevas, la aflicción y el sufrimiento que dejaron son difíciles de borrar.

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