Fábulas de Fontaine

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Fábulas de Fontaine (I)
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Fábulas de Fontaine (II)
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Fábulas de Fontaine (III)
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Fábulas de Fontaine (I)
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Fábulas de Fontaine (I)

Fábulas de Fontaine (I)
Fábulas de Fontaine (I)NameFábulas de Fontaine (I)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, Fábulas de Fontaine
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DescriptionUn libro escrito por Marie Héricart que contiene diversas historias y cuentos. La mayoría no son obras de la autora, sino fragmentos recopilados de antiguos poemas ya olvidados.
La doncella y el sol

La hija adoptiva de una familia de zorros alcanzó la edad de casamiento. Su rostro era tan gentil como un manantial durante la primavera.
Educada y delicada como era, ninguna damisela se le comparaba.

Así, la madre le dijo a su hija:
“Mi pequeña niña, tu madre ya está mayor. Llegará el día en que no sea capaz de cuidar de ti.
Escoge al esposo que te plazca. Todos desean poder recibir el honor de ostentar dicho título”.

Su hija le respondió:
“Si ese es el caso, deseo que me permitas contraer matrimonio con el ser más poderoso de este mundo, madre”.

“Ah, pequeña, ese ser ha de ser sin duda el sol”, respondió a su vez la madre. “Tú serás el afortunado, pues, venerado sol que alumbras nuestros días”.
“No”, se negó el sol. “Las nubes son aún más poderosas que yo. Son capaces incluso de opacar mi luz”.
“Así sea, pues. Oh, nubes, capaces de doblegar el deslumbrante brillo del sol, se lo ruego, acepten este honor”.
“¡No, no podríamos! No podemos ofrecer resistencia ante el ímpetu del viento. ¡Es mejor que le concedas el honor a él!”.

Pero el viento era incapaz de atravesar la montaña, así que la madre fue a hablar con ella.
Y la montaña se negó, alegando un conflicto con cierto roedor.
Y es que aquel roedor, si se enfadaba, era capaz de crear enormes túneles en la ladera de cualquier montaña.
Así pues, debía de ser más poderoso que la montaña, ¿no?
Y así, el ratón sugirió al gato, quien sugirió al perro, y este, a su vez, al lobo.
Finalmente, tras haber pasado por prácticamente todos los candidatos disponibles, la madre se vio de nuevo las caras con el sol.
Y así fue como la joven doncella tomó al sol por esposo.

La moraleja de esta historia es que cada uno debería asumir las consecuencias de su destino y no intentar ingenuamente evitar sus inevitables caminos.
Pues no importa cuán sincero o inteligente se considere uno, el deber es ineludible.

Fábulas de Fontaine (II)

Fábulas de Fontaine (II)
Fábulas de Fontaine (II)NameFábulas de Fontaine (II)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, Fábulas de Fontaine
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DescriptionUn libro escrito por Marie Héricart que contiene diversas historias y cuentos. La mayoría no son obras de la autora, sino fragmentos recopilados de antiguos poemas ya olvidados.
El cuervo y el zorro

Un día, un cuervo se encaramó a un árbol, sosteniendo en el pico un pedazo de queso que había robado.
Al divisar el cuervo, el zorro que vivía a los pies del árbol levantó la vista y le dijo:
“Amigo mío.
Eso que cargas con tu pico no es ningún festín.
Es una desgracia que aquellos con suficiente razón evitan como si de la peste se tratara.
Mira lo estrecha que es tu garganta y fíjate lo grande que es ese pedazo de queso.
Si te lo tragas, es posible que pierdas la vida en el intento.
Los dueños de ese queso te han dejado ir a propósito.
Saben que si te lo comes, morirás. ¿Qué pensabas? ¿Que te habían dejado quedártelo para que lo custodiaras?”.

El cuervo hizo poco caso de lo que se le decía y siguió aferrando su trofeo con el pico.
Al ver que el cuervo no estaba dispuesto a atender a razones, el zorro lo intentó de nuevo:
“Amigo mío.
Hazme caso, no te pierdes nada si lo dejas ir.
Piénsalo bien. Tú surcas los cielos entre montaña y bosque con total libertad.
¿Alguna vez habías oído hablar del queso? ¿Qué es eso?
Si quieres mi opinión, este tipo de cosas no están hechas para nuestras fauces.
Deja que se pudra en las montañas, o que el viento lo arrastre hasta el mar.
Mejor eso que dejar que te hunda el peso de sus cadenas”.

El cuervo agitó las plumas, pero no dejó ir el trozo de queso.
Al ver que el cuervo no cejaba en su empeño, el zorro suspiró.
“Amigo mío.
Si tantas ganas tienes de degustar el queso, no te detendré.
Yo no soy más que un mero espectador.
Aunque supongo que no sabes cómo se cocina el queso.
Si lo engulles así sin más,
sería como romper un preciado tesoro.
¡Además, sería un pecado desperdiciar todas las recetas que he aprendido de diversos lugares de este amplio mundo!”.

Finalmente, la curiosidad pudo con el cuervo que abrió el pico sin darse cuenta.
“¿Podrías enseñarme esas recetas?”.
Conforme el cuervo hablaba, el queso cayó al suelo.
El zorro se apresuró en atraparlo y, a continuación, dio media vuelta y regresó a su madriguera.

La moraleja de esta historia es que aquellos que intentan desentrañar misterios que no les conciernen, lo perderán todo, incluso aquello
que ya habían ganado.

Fábulas de Fontaine (III)

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Fábulas de Fontaine (III)NameFábulas de Fontaine (III)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, Fábulas de Fontaine
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DescriptionUn libro escrito por Marie Héricart que contiene diversas historias y cuentos. La mayoría no son obras de la autora, sino fragmentos recopilados de antiguos poemas ya olvidados.
La leyenda del burro

Aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
Todos en este mundo tienen sus propios puntos fuertes y puntos débiles.
Por eso, la única forma de avanzar es conocerse a uno mismo y hacer frente a esas debilidades.
Así que no seas como este burro y te conviertas en el hazmerreír de la historia.

Al escuchar sobre cómo se había hecho el zorro con el trozo de queso, al burro se le ocurrió imitar su truco.
“¿Por qué tiene que ser así?
Los zorros no son precisamente los animales más inteligentes. ¿Por qué los demás siempre alaban su astucia?
Yo, por el contrario, trabajo como un burro todos los días y nadie me regala ni una sonrisa.
Ya que así son las cosas, aprenderé del zorro e imitaré sus actos.
En poco tiempo, podré hacer pleno uso de sus trucos y argucias”.

A continuación, el burro se escondió entre los árboles y esperó a que su presa pasara por allí.
Cuando la hija del quesero se aproximó, el burro salió a su encuentro.
Luego, imitando al zorro, levantó una pezuña y dijo con prepotencia:
“¡Ja! Está visto que no sabes nada sobre la velocidad a la que viaja un carro.
Si tiras todo el queso al suelo, llegarás a tu destino mucho antes”.

La chica estaba desconcertada ante semejantes palabras. Inmediatamente contestó:
“¡Qué burro eres! ¿Acaso te estás burlando de mí?
¡Dame el palo! ¡Voy a enviar a este cacho de burro de vuelta al establo!”.
Al ver como el bastón se balanceaba en el aire, el burro enmudeció.

La moraleja de esta historia es que si intentas imitar a los demás para ocultar tu propia naturaleza, no ganarás nada bueno de ello.
Al contrario, solo te perjudicará.

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