Sueños rotos: El Cristal

Sueños rotos: El Cristal
Sueños rotos: El CristalNameSueños rotos: El Cristal
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, Sueños rotos
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DescriptionUna colección de historias fantásticas centradas en una misteriosa tienda de antigüedades. Es muy popular en todo Teyvat.

Item Story

«El cristal»
Cuenta la leyenda que hay un rincón del puerto olvidado por las rocas de la montaña y el sonido de las olas.
Para llegar a ese lugar, uno debe cerrar los ojos en un lugar donde sople la brisa marina y alejarse cuarenta y nueve pasos del clamor de las multitudes. Luego hay que esperar hasta que el sonido de los latidos del corazón se superponga al de las voces del fondo. Al abrir los ojos, verás que has llegado a una pequeña tienda...

————

“¿Hay alguien ahí?”, preguntó Yu'an.
Abrió la puerta y entró. La campana siguió sonando después de que la puerta se cerrara, e incluso mientras exploraba el interior de la tienda.
El leve sonido del romper de las olas se filtraba en la tienda como un recuerdo lejano. Montones de artefactos de toda clase se apilaban desde Yu'an hasta el otro extremo del largo y estrecho establecimiento. Miró con aprensión la variedad de artículos expuestos, y con cierto temor a que su túnica de seda quedara totalmente cubierta de polvo.
Farolillos viejos hechos de papel amarillento, el colmillo gigante de un monstruo desconocido, brillante siderita negra de las profundidades del espacio, un objeto opaco de color dorado construido con varias mortajas y espigas hechas de un material también desconocido...
Tras examinar una pequeña botella llena de un fino polvo cristalino de color blanco, escuchó la gentil voz de alguien que se había puesto a su lado de repente.
“Esa es la sal formada a partir de las lágrimas de una antigua diosa”.
La voz, que lo pilló desprevenido, rompió el largo silencio igual que una piedra altera las calmas aguas de un estanque. Sin embargo, la botella se le cayó al suelo del susto.
Extrañamente, el esperado ruido del vidrio haciéndose añicos no se llegó a escuchar. La dependienta, cuyos ojos eran largos y finos como los de un zorro, de alguna manera agarró la botella en el aire y la devolvió a su lugar en el estante.

“Soy... Humm... Qué raro. No recuerdo quién fue, pero alguien me recomendó esta tienda”.
La dependienta asintió para no decir nada sobre el desconcertado aspecto del hombre.
“Hola. ¿Hay algo que le llame la atención?”
“Estoy buscando un regalo para, bueno... para una chica que me gusta.
He estado pensando en proponerle matrimonio, así que lo mejor sería un regalo adecuado para la ocasión”.
Yu'an se mordió el labio inferior inquietamente mientras alzaba la mirada hacia la dependienta. Tenía unos ojos dorados como el cor lapis y con una mirada muy profunda.
Se miraron el uno al otro durante un buen rato y, entonces, ella dijo en alto: “Muy bien”.

Después, su esbelta silueta desapareció en las profundidades de la tienda.
Cuando regresó, llevaba en la mano un objeto que emitía un tenue brillo iridiscente. Al examinarlo más de cerca, se podía ver que era un Cristal iluminador de diez lados moldeado a la perfección.
“Imagino que ya conocerá la leyenda del Corazón de Cristal”.
Yu'an nunca había oído hablar de aquella historia, pero, aun así, asintió.
“Se dice que este tipo de cristal artificial no es más que una mala imitación del de verdad, el cual es capaz de manifestar tus verdaderos deseos. Tales cristales se forman a partir de los deseos residuales y el dolor de las bestias iluminadas más nobles al llegar al final de sus vidas. Por favor, eche un vistazo...”
Le hizo un gesto a Yu'an para que ambos vieran las imágenes que parpadeaban débilmente en el cristal.
Decenas de miles de años pasaron ante sus ojos. Como las nubes en constante cambio, las estrellas se convirtieron en agua y el agua se convirtió en tierra. La nieve se derritió y dio paso a pastos verdes; los ríos se abrían paso a través del campo abierto. Observó cómo las ciudades se alzaban como hormigueros y los reinos caían uno tras otro como piezas de dominó.

... Ya era pasado el crepúsculo. La luz de la luna ondulaba en la superficie irregular del océano. Cuando Yu'an recuperó la conciencia, se dio cuenta de que estaba caminando por los muelles del puerto.
El cristal, el cual sujetaba con fuerza en la mano, estaba caliente, como si por él corriera sangre.
“Qué cristal tan asombroso”, pensó mientras aceleraba el ritmo de sus pasos bajo la luz de la luna. “Lo único que tengo que hacer es regalarle esto... Una vez que lo haga, entonces puedo... Debo...”

————

La campana que colgaba de la puerta emitió un sonido claro y nítido.
“Hola. ¿Hay algo que le llame la atención?”
“Quería saber si me intercambiaría esta... Bueno, en realidad, no sé siquiera si es una gema o qué...”
El cristal exquisitamente moldeado brillaba intensamente, y sus rayos de luz se dispersaban por toda la habitación.
“Me lo dio un hombre que lleva mucho tiempo detrás de mí. Me dijo que en él se podían ver cosas asombrosas.
No sé por qué, pero me transmite una sensación desagradable. Es una joya bellísima, claro está, pero es que... Pensar en ese hombre me inquieta. Entonces, se me ocurrió que quizás en esta tienda lo querrían”.
“Ya veo. Es un Cristal iluminador de diez lados de primera calidad. ¿Por qué cantidad de Mora estaría dispuesta a separarse de él?”
“En realidad, no quiero dinero. Déjeme echar un vistazo... ¿Qué es esto? ¿Es sal? Ahora que lo pienso, debería ir a Sal Terrae a hacer alguna ofrenda. Si le parece bien, se lo cambio por este frasco de sal”.

————

La dependienta de ojos de zorro se sentó sola en la parte trasera de la tienda mientras curioseaba con la mano el cristal geométricamente perfecto.
“He visto cosas horribles en ti. La verdadera naturaleza de ese tipo es realmente... desagradable.
Al fin y al cabo, no es más que un miserable oportunista que hará lo que sea necesario para casarse con alguien de una familia rica y prestigiosa en la industria de la sal. Si no supieras esto, es muy posible que, aunque no se amasen el uno al otro, hubierais disfrutado de una vida feliz juntos. Después de todo, la felicidad no es más que un estado mental; no tiene nada que ver con el amor”.
Bebió un pequeño sorbo de vino y sonrió burlonamente al pensar en su propia vanidad.
“Pues yo no puedo perdonar a una persona así.
Aunque, realmente, agradezco tener alguien en quien pueda confiar plenamente... Sé que una vez que él salga por esa puerta, nunca más volveremos a encontrarnos, así que ¿por qué no contarle la verdad? Cuanto más se acercan dos personas, más se busca el beneficio propio, por lo que más cauto se ha de ser. Pero ¿cómo habrá sabido que...?”

“Lo siento, todo esto ha sido una carga para ti. Pero es maravilloso haberlo recuperado”. La dependienta bajó la mirada y continuó diciendo: “Después de todo, este es el corazón que abandonaste. Lo guardaré como oro en paño. Aun así, ¿no te parece divertido darte una vuelta por el mundo de vez en cuando para ver cómo es la gente de hoy en día?”.

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