Registro de la Tumba del Festín

Registro de la Tumba del Festín
Registro de la Tumba del FestínNameRegistro de la Tumba del Festín
Type (Ingame)Objeto de misión
Family,
RarityRaritystr
DescriptionUna placa de piedra que encontraste en la Tumba del Festín. Parece ser el registro de una civilización perdida.

Item Story

«El carnero líder, el pájaro y el cocodrilo»

El carnero líder, dócil y bondadoso, envió a siete corderos a buscar el agua y los prados más frescos.

El sabio pájaro se encontró con los corderos y les preguntó a dónde se dirigían.

Los corderitos, inocentes e inmaduros, le contaron al ave cuál era su destino.

“Los susurros del viento nos hablaron de su sabiduría. Dado que puede contemplar el cielo a lo lejos, ¿podría decirnos dónde están el agua y los verdes prados?”.

Los jóvenes corderitos no sabían que el sabio pájaro también quería lavarse las plumas en un manantial de agua clara.

“Vayan al norte, corderos, al norte, donde no quema el sol, y donde, en mi opinión, los manantiales son más frescos”.

Quien lideraba los corderos se creyó las palabras del pájaro y todos se dirigieron al norte, hasta que se toparon con un cocodrilo que llevaba una armadura.

El cocodrilo abrió sus inmensas fauces, pero no para devorar a los corderos, sino para preguntarles por qué habían venido a aquel lugar desolado.

“Fue el pájaro sabio quien nos dijo que aquí encontraríamos el agua más fresca y los pastos más deliciosos”.

“Ese pájaro tan sabio intentó confundirlos y enviarlos por el camino equivocado. Pero yo no haré lo mismo”.

El cocodrilo derramó sus lágrimas y mostró su simpatía por la suerte de los corderos. Entonces, decidió acompañarlos de vuelta a casa.

Por el camino, el pájaro volvió a encontrarse con los corderos y se sorprendió mucho por la amabilidad del cocodrilo.

“Me avergüenzo de haber abusado de mi sabiduría. Si me lo permiten, me gustaría ir con ustedes y conocer al carnero que lidera su rebaño”.

Cuando el carnero vio alarmado que nueve figuras se aproximaban, el cocodrilo volvió a abrir sus grandes fauces.

¡Ah! ¡Qué jugosos intestinos! ¡Qué estómagos tan crujientes! ¡Deliciosa carne volando de un lado para otro!

¡La sangre fluía por doquier! ¡Y esos dulces ojitos, tan fáciles de sacar!

El cocodrilo volvió a derramar sus lágrimas mientras hablaba de la docilidad y la amabilidad del líder del rebaño.

La moraleja de esta historia: no confíes ni en los dóciles, ni en los sabios, ni en aquellos que derraman lágrimas de cocodrilo.

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