Estudio sobre las creencias populares de Sangonomiya

Estudio sobre las creencias populares de Sangonomiya
Estudio sobre las creencias populares de SangonomiyaNameEstudio sobre las creencias populares de Sangonomiya
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyNon-Codex Series, Non-Codex Lore Item
RarityRaritystrRaritystrRaritystr
DescriptionUna investigación de Shihab Purbiruni, erudito de Sumeru experto en historia moderna, escrita dos años antes de la guerra civil de Inazuma. En ella, habla de las creencias populares de la Isla Watatsumi y del pueblo de Sangonomiya mediante un novedoso enfoque académico.

Item Story

La versión de esta leyenda más aceptada tanto por la gente de Narukami como de Watatsumi es la siguiente:
Hace aproximadamente dos mil años, la Guerra de los Arcontes estaba llegando a su fin.
Dicen que, en aquella época, la gran serpiente Orobashi destruyó las ramas de coral de su cuerpo y guió al pueblo de las profundidades del mar de vuelta a la luz del día. Con su piedad y compasión, los reunió a todos en la infértil isla de los corales para que se ganaran la vida.
Pero en este mundo en el que la fortuna es tan variable, aquellos insignificantes humanos sufrían por las amarguras de la vida y se entristecían por el dolor y la desgracia. El brillante sol, los cielos y mares cristalinos, el palacio de coral que irradiaba una luz iridiscente y las enseñanzas de los sacerdotes... Nada de eso podía aliviar las heridas del hambre y la enfermedad.
La gran serpiente nunca olvidó su pasado como perdedora, o la promesa que le hizo a su pueblo de no abandonarlos nunca más. Entonces, le preguntó a la miko:
“Bendita hija mía, ¿por qué llora el pueblo de las profundidades del mar? ¿Acaso no he expulsado ya al dragón de las profundidades y les he guiado hasta la luz del día?”
La sabia miko respondió:
“Hambruna”.
Entonces, la gran serpiente volvió a preguntar:
“Sí, ustedes tienen hambre debido a un error que yo cometí. Pero entonces, ¿qué es lo que piden, oh, pueblo mío?”
A lo que los sinceros ancianos contestaron:
“Usted ha labrado un camino para nosotros, nos ha guiado para crear una nación en medio del cerúleo océano sin robarnos, oprimirnos o comportarse como un tirano, y por ello, le estamos profundamente agradecidos. Sin embargo, al este de nuestra isla de corales, hay otras islas aún más grandes y fértiles.
Permítanos, oh, nuestro señor, poner pie en esas islas y crear nuestro propio terreno para que nuestros hijos tengan un glorioso pasado, un futuro de abundancia y un presente sin oscuridad”.

La gran serpiente no respondió, solo se quedó en silencio.
Narukami era quien controlaba las islas orientales con su gran poder militar. Además, asesinó a todas las deidades a las que derrotó, tal como dictaba la ley del reino divino.
Pero en los años siguientes, el hambriento y enfermo pueblo siguió implorando a su dios, a quien finalmente consiguió conmover.
Así, la gran serpiente los entrenó para que se convirtieran en poderosos guerreros que comandaron barcos y monstruos marinos, dominaron las olas y las nubes y, entre los cantos de las ballenas, los guio a una invasión de las tierras de la Arconte Electro.
Pero lo que el pueblo del mar no sabía era que la razón por la que Omikami de Watatsumi se embarcó en una guerra en la que tenía muy pocas probabilidades de ganar no era para conquistar, sino para sacrificarse.
Se dice que en unas inscripciones oraculares que la miko tenía escondidas, se auguraba que a la expedición hacia el este le aguardaba una derrota segura y un futuro de humillación.

No hay fuentes históricas fiables que confirmen cuál fue el verdadero propósito de Orobashi. Por ende, la siguiente solo es una hipótesis formulada por las personas que descubrieron aquellas inscripciones:
Omikami de Watatsumi sabía desde hace mucho tiempo que no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir, pero aun así aceptó el catastrófico fin que le vaticinaba la profecía.
Si deseaba asegurar la continuación de la fe de su pueblo, solo había un camino: el sacrificio. Aunque Omikami desapareciera, su pueblo seguiría creando para sí mismo recuerdos de alegría, prosperidad, amargura y pérdida a través de una única fe. Estos recuerdos, a su vez, florecerían gracias a las intensas emociones de un pueblo vencido y obligado a una vergonzosa sumisión.

Muchos de los habitantes de Watatsumi ya no creen que Omikami, su guía, tenga alguna posibilidad de revivir, pero su orgullo como pueblo, el dolor de ver el cuerpo de su dios transformado por otro soberano en minerales explotables y el dolor de perder a ese dios... Estas emociones han pasado de generación en generación, convirtiéndose en los pilares de la tolerancia, la resistencia y el sacrificio que sustentan la fe del pueblo de Watatsumi.

Como ya se ha mencionado, la región de Sangonomiya tiene una gran carencia de fuentes históricas escritas, por lo que muchas de las razones de las acciones del pasado han sido reinterpretadas por generaciones posteriores y convertidas en cuentos ficticios. En consecuencia, han dado lugar a una “historia basada en una conciencia colectiva”, y no en una “historia basada en hechos”. Esa conciencia se ha fortalecido y cohesionado con el tiempo, de modo que la gente que perdió a su venerado dios aún se resiste activamente a la nación cuya fe es depositada en una todopoderosa deidad elemental. Esto demuestra que su persistencia no es solamente cosa del pasado.

Cabe destacar que el menosprecio de los hechos pasados y la concesión de mayor importancia a la conciencia del presente es un gran defecto que persiste en Watatsumi a día de hoy. La llama del resentimiento y la humillación, dos emociones que se han ido alimentando durante cientos y miles de años, puede ser avivada durante las épocas de carestía por quienes tienen planes ocultos y, en última instancia, traer la catástrofe a la nación.

No obstante, aunque el pueblo de Watatsumi es conocido por su sabiduría y capacidad de aguante, ¿de verdad van a permitir que esta humillación aflija su existencia?
Con su reciente explotación económica a manos de la Comisión Kanjou, cada vez son más los jóvenes de la Isla Watatsumi que discuten sobre la resistencia y tienen quejas. Es evidente que estas discusiones no son solo sobre el pasado, sino también sobre el presente y el futuro.

Sin embargo, hay otra versión acerca del asesinato de Omikami de Watatsumi:
Mientras los habitantes de las profundidades del mar aún habitaban en él, tenían crónicas históricas muy fiables, pues para ellos no había ni día ni noche. Si no llevaban un registro muy preciso, podían olvidar qué hora era. Pero la gran serpiente ordenó que estas crónicas se guardaran en Enkanomiya, por lo que nunca pudieron ser recuperadas.
Los nombres de los habitantes de Watatsumi tampoco se escribían entonces en el estilo convencional de Inazuma. Los nombres y apellidos que hoy utilizan surgieron por orden de la gran serpiente, que les hizo aprender las tradiciones de Narukami.
Se dice que, cuando Omikami de Watatsumi decidió sacar a la gente de las profundidades del agua, lo hizo por orden de los propios cielos. Una vez, intentó huir al Mar Oscuro para escapar de la Guerra de los Arcontes, lo que suponía un grave pecado. Por lo tanto, tal vez por orden del cielo, Orobashi debía enfrentarse a su muerte, aunque esto no se puede saber con certeza.
Desgraciadamente, muy pocos son los que aún entienden la escritura del pueblo de las profundidades oceánicas, y los libros que existen se escondieron en Enkanomiya. Por tanto, me temo que la verdad sobre todo esto nunca verá la luz del día.
Sin embargo, estas leyendas que dejan entrever la verdad no son más que anécdotas sin importancia comparadas con las leyendas en las que entra en juego la conciencia colectiva de la gente.

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