Una leyenda de espadas (VI)

	Name	Una leyenda de espadas (VI)
	Type (Ingame)	Objeto de misión
	Family	Book, Una leyenda de espadas
	Rarity
	Description	“En esencia, la gran batalla del espacio no es muy distinta al conflicto armado entre la plebe que tuvo lugar hace diez años en aquel planeta baldío...”. Pronto, el nombre de ese hombre será tan conocido en toda la galaxia como el del emperador.

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“Capitán, con todos mis respetos, se ha dormido durante toda la reunión, ¿no es cierto?”.
“Oh, me has pillado”.
“Es porque, aunque se mantuvo muy erguido todo el rato, estoy muy acostumbrado a ver cosas así. Capitán, no debería usar la formación que recibimos para algo así. Si el General se enterara, no se libraría solo con escribir un informe”.
Aunque aquello fue lo que dijo, Mahasti sabía que, al menos por el momento, nadie se atrevería a sublevarse contra su superior. En el cuartel general de la Flota Aliada reinaba una frágil y delicada paz y, su superior Bitchuu Kyuube, un capitán de mediana edad conocido como “Shinkurou” y que ahora muchos llamaban erróneamente “Semimaru”, era a quien todas las facciones querían ganarse a toda costa y la persona que seguramente conseguiría sacarlos del atolladero.
Eso fue hace ya 10 años...
Pensó Shinkurou para sí mismo.

Más tarde, la victoria en la Aldea Asada fue considerada una mera demostración de la capacidad militar de Shinkurou, pero para quienes estuvieron implicados, supuso el comienzo de un gran desastre.
El shogun no podía permitir que una persona con semejantes capacidades vagara por las montañas.
Poco después, Shinkurou fue apuñalado en ambos ojos hasta quedar ciego y luego encarcelado.
Esta situación se postergó hasta cinco años, cuando un ejército aliado y liderado por el daimio del clan Oome derrotó al clan Imagawa, a cuyo líder le cortaron la cabeza. Solamente a partir de entonces, los habitantes del país pudieron vivir en paz...
Todo lo anterior lo escuchó Shinkurou de los propios labios del recién nombrado shogun Ujizane.
Shinkurou nunca había visto en su vida a la gente normal poder vivir y trabajar en paz, y este shogun desconocido no era ciertamente una persona recta y bondadosa. Pero la amnistía general proclamada lo terminó de convencer, ya que eran algo en lo que no podía evitar tener fe.
Al recordar el pasado, Shinkurou no pudo evitar romper en sollozos. Ya fuese entonces o ahora, al final siempre acababa metido involuntariamente en el ojo del huracán.

“En esta nación se nos considera traidores. Pero es que en este vasto universo también lo somos”.
Así dijo indiferente el shogun, mientras dirigía su mirada al acuclillado Shinkurou.
“Los impuestos imperiales ya no son algo que este insignificante planeta en un pequeño rincón del universo pueda soportar. Y en cuanto a tu talento, debería florecer en medio del firmamento”.
“Ese villano de Imagawa ya te arrebató tu nombre y tu apellido, pero un pasado así es mejor abandonarlo. A partir de ahora, te llamarás ‘Semimaru’”.

De esta forma, una persona sin pasado, una persona que ya no podría volver a contemplar el vasto universo y todo lo que alberga, se irguió ante él.