La princesa jabalí (VI)

La princesa jabalí (VI)
La princesa jabalí (VI)NameLa princesa jabalí (VI)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, La princesa jabalí
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DescriptionCaminando por páramos helados y escalando gélidas montañas, la princesa y los dos sabios conocen a un personaje misterioso. Comienza la aventura en las cimas nevadas en «La princesa jabalí (VI)».
En la portada alguien ha escrito con caligrafía infantil: “Cuando papá vuelva a casa, me tiene que contar la historia de las montañas nevadas”.

Item Story

Así, la princesa y los dos sabios partieron hacia las heladas montañas del norte.
Lo único que había en aquel lugar era hielo y nieve. Ni los animales más fuertes y valientes, ni las alimañas con las mejores habilidades de excavación, serían capaces de encontrar un brote tierno o un fruto jugoso allí.
La princesa temblaba de frío en la tundra, pero esto no la arredró: seguía avanzando sin titubeos.
El zorro sabio y la tortuga fiel no podían resistir la nieve y el gélido viento, y no cesaban de decirle a la princesa:
“¡Ack, ack, ack! ¡Este lugar es demasiado frío y peligroso! ¡Si el rey se entera de que estamos aquí, se preocupará mucho! ¡Es mejor que regresemos! ¡Ack, ack, ack!”.
“Es cierto, princesa, cada vez nieva con más fuerza y hará más frío aún... ¡Detengámonos y continuemos cuando se despeje el día! Lo siento, yo no sé hacer sonidos divertidos”.
Pero la princesa seguía firme en su empeño e, ignorando los consejos de los dos sabios, siguió adentrándose cada vez más en el frío del norte.
A fin de cuentas, en este mundo, ¿qué es más noble que salvar a un amigo perdido y recuperar una amistad?
De esta forma continuaron avanzando hasta que sus patas y pezuñas se congelaron y se pusieron moradas, hasta que su respiración se convirtió en escarcha.
En lo alto de una cima helada, al borde de un glaciar por el que discurría el hielo, la princesa encontró un espíritu que flotaba en el viento.
En aquella montaña vivían unas antiguas hadas sabias sin forma física, pero con una poderosa magia.
“¡Oinc, oinc! ¿Es la ama de este lugar? ¿Podría ayudarnos a cruzar la ventisca?”
preguntó educadamente la princesa, mientras removía la nieve con las pezuñas entumecidas.
El zorro sabio y el fiel abuelo tortuga también miraban expectantes al hada del hielo mientras pateaban el sueño con sus patas congeladas.
“Zum, zum”.
El hada respondió mientras flotaba en el aire:
“De acuerdo, pero... zum, zum...
A cambio, absorberé su fuerza física. Al avanzar por la ventisca se sentirán cada vez más hambrientos, más cansados y más congelados, pero sus vidas no correrán peligro... más o menos. ¡Zum, zum!”.
“¡Oinc, oinc! Al fin y al cabo es un hada del hielo”, pensó la princesa,
“y los dos animales más sabios y que más se preocupan por mí de todo el reino están conmigo. ¡Seguro que se les ocurrirá algo!”.
La princesa accedió sin titubeos a la solicitud del hada antes de que el sabio zorro y el fiel abuelo tortuga pudieran siquiera abrir la boca.
“¡Oinc, oinc! Es un trato justo. ¡Llévenos a buscar al cachorro de lobo!”.
Y así, el hada se transformó en un cauce helado en el que la decidida princesa cruzó altas montañas heladas...

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