La leyenda de la espada solitaria (I)

La leyenda de la espada solitaria (I)
La leyenda de la espada solitaria (I)NameLa leyenda de la espada solitaria (I)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, La leyenda de la espada solitaria
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DescriptionUna popular novela de artes marciales de Liyue. Una historia de amor y odio, de amistad y enemistad, que tiene lugar en un mundo sin elementos y alquimia. En este volumen, se relata el comienzo de la venganza de Jin 72.

Item Story

La solitaria espada atravesó el aire de la noche emitiendo un destello, pero sin ser desafiada por las estrellas o la luna.
El viento otoñal de las montañas lloraba en voz alta mientras seguía la danza en espiral de la espada.

El fuerte viento y la lluvia acompañaron a un solo viajero en su viaje de regreso a casa.

Esta persona tenía un cabello rebelde, un rostro feroz, y un aspecto de lo más místico y extraordinario. Llevaba unas ropas muy finas y, en su camino de vuelta a casa, caminaba balanceándose de un lado a otro como si estuviera enfermo o herido de muerte. Parecía más un muerto viviente que alguien vivo.

Llevaba caminando tres días. Tres días en los que había pasado hambre y no había dormido.

Tres días antes de aquello, tenía un nombre, blandía una famosa espada y era discípulo de un maestro en decadencia. Lo único que le quedaba era la tristeza y la preocupación, las cuales también acabaron desprendiéndose de él al ser arrastradas por una repentina lluvia que hizo que se cayera al suelo embarrado y dejara un agujero con la forma de su cuerpo.

Tres días antes de aquello, un espadachín sin nombre había comenzado una pelea con él; una pelea que acabó con maestro y discípulo enterrados en la despiadada nieve de la montaña mientras esta aullaba, ahora teñida de rojo sangre.

En la actualidad, ahora tiene otro nombre: Jin 72.
Se llama así porque fue el último de los 72 discípulos de su escuela.

——————

No sabía cuánto tiempo había caminado antes de escuchar el sonido de las carretas detrás de él.

Jin 72 se apeó a un lado del camino y preguntó: “disculpa, ¿este carro pasa por la Aldea Tupi?”.

“Pocas son las carretas que, pasando por aquí, no pasan por la Aldea Tupi”, respondió el conductor de la carreta después de saludarlo.

“¿Y puedes llevar a más gente en tu carreta?”, volvió a preguntar Jin 72.

“Poder, puedo, pero no me has preguntado si quiero hacerlo”, contestó el conductor.

“Pero si te diriges hacia la Aldea Tupi, ¿qué te cuesta llevarme?”, cuestionó Jin 72 desconcertado.

“Porque tú no eres yo, y yo no soy tú”, replicó el conductor.

“¡Bah! Pues qué conversación tan estúpida...”.

Y al decir esas palabras, Jin desenvainó su espada. El conductor de la carreta no sintió más que un frío escalofriante y cayó al suelo sin poder pelear ni decir nada más.

Jin 72 era ese tipo de personas que, aunque lo habían perdido todo y su audacia había menguado, siempre odiaría a las personas que hablaban sin sentido.

Montado en la carreta manchada de sangre, Jin 72 partió hacia la Aldea Tupi.

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