Más que un simple perro (IV)

Más que un simple perro (IV)
Más que un simple perro (IV)NameMás que un simple perro (IV)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, Más que un simple perro
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Description“Hasta un perro podría aprender algo tan básico como la etiqueta de la clase alta”, dijo la erudita con altanería. Ella no se andaba con tonterías.

Item Story

La copa se resbaló de la lánguida mano de Dietrich mientras este caía al suelo.
Nottie se agachó junto a él y le quitó la espada que llevaba en la cintura.
Acarició la empuñadura del arma y, al retirar su mano de ella, una piedra preciosa negra que había sido incrustada en la empuñadura cayó sobre su palma.

“¡Pero qué oportuno! Me trajiste el Ojo de la Noche Eterna. ¡Gracias!”.
Mientras hablaba, se quitó el brazalete de serpiente y colocó la piedra preciosa negra en su boca.
Las escamas y la carne de la serpiente comenzaron a producir rápidas ondulaciones desde su cabeza hasta el resto del cuerpo. Una pequeña serpiente negra se desenrolló de la mano de Nottie, se deslizó de su palma y cayó al suelo. La serpiente comenzó a agrandarse, convirtiéndose en una enorme pitón con ojos rojos y escamas negras. Su cuerpo ocupaba casi toda la habitación.
Nottie extendió las manos mientras las lámparas mágicas iluminaban la habitación. La pitón comenzó a encogerse nuevamente y se enroscó alrededor de su brazo.

“¿Eh? ¿Te estás escondiendo?”.
Nottie volvió su mirada hacia debajo de la cama.
Ahí encontró...
Un perro.
El perro estaba temblando como si la serpiente lo hubiera asustado unos momentos antes.

“Oh, qué lástima. ¡Quería convertirte en un lobo, pero parece que te convertí en un perro!”.
Aunque Nottie se disculpaba, sus palabras carecían de cualquier señal de remordimiento.

Dietrich aún no se había dado cuenta de lo que estaba sucediendo, ya que el hecho de correr debajo de la cama lo hizo solo por instinto.
Fue después de escuchar las palabras de Nottie cuando recuperó la consciencia. Intentó decir algo, pero por más que se esforzara, solo decía “¡Guau, guau, guau!”.
Después de escucharse a sí mismo, Dietrich entró en pánico y salió corriendo de debajo de la cama.

No importa cuántas veces saltara Dietrich frente al espejo, o cuántas veces aullara de incredulidad, la imagen del joven noble que era antes nunca volvió a aparecer.
Dietrich se volvió, le gruñó a Nottie y se abalanzó sobre ella. Nottie no movió ni un músculo. Simplemente lo miró con los brazos cruzados, sin que él pudiera avanzar por mucho que lo intentara.

“Esta no es la forma adecuada de dirigirse a una dama. ¡Parece que necesitas que te entrenen!”

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