El corazón de Aguaclara (IV)

El corazón de Aguaclara (IV)
El corazón de Aguaclara (IV)NameEl corazón de Aguaclara (IV)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, El corazón de Aguaclara
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DescriptionUna leyenda transmitida por los cazadores de Aguaclara que narra el amargo final de un joven que ya no era joven y el hada de un manantial que nunca envejeció.

Item Story

Años más tarde, el joven creció, hizo nuevos amigos y vivió nuevas experiencias.
Mientras, el hada del manantial siguió cantando para él las mismas dulces y pacíficas elegías que cantaba cuando era joven.

Hasta que un día, ella finalmente se fue, y nunca más pudo velar por el joven.
El goteo del manantial nunca más volvió a sonar como si fueran palabras, y la imagen fracturada de la luna tampoco volvió a unirse para formar una luna llena.
Entonces, el hada tuvo una epifanía: aunque había encontrado un hogar al que regresar y experimentado fugazmente lo que es la felicidad, seguía estando sola en el mundo.

Por su parte, el joven, que ya no era tan joven, no fue capaz de notar la ausencia del hada, y se culpó a sí mismo de su propia soledad.
“Tal vez fue una simple fantasía infantil”,
pensaba a veces al escuchar el borboteo del manantial.

Sin embargo, aquel frío beso sí fue real; tan real como cuando la brisa de la noche jugueteaba con el cabello del hada.
De repente, cayó en cuenta de algo: aunque había conocido y se había despedido de incontables nuevos amigos, y aunque había vivido grandes aventuras y regresado a su hogar en innumerables ocasiones, seguía estando solo en el mundo.

Entonces, las lágrimas derramadas por el joven cayeron a las límpidas aguas del manantial, igual que antaño, y mojaron la imagen fracturada de la luna.
Sin embargo, esta vez el hada no apareció, tal y como prometió.
Reacia, se dio la vuelta, dispuesta a ser el objeto de un inocente sueño infantil y una fugaz invitada que vagaba desde una tierra extranjera, pero no estaba dispuesta a romper, con su vida casi eterna, la promesa de su amado.

Cuenta la leyenda que, en la actualidad, cada vez que llueve, las gotas que caen en el manantial se mezclan con las lágrimas del hada.
Hasta el día de su muerte, el joven creyó firmemente en esta superstición infundada.
Por desgracia, el hada del manantial, que tuvo que ignorar sus propios sentimientos, no fue capaz de creer en ello.

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