El corazón de Aguaclara (I)

El corazón de Aguaclara (I)
El corazón de Aguaclara (I)NameEl corazón de Aguaclara (I)
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, El corazón de Aguaclara
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DescriptionUna leyenda transmitida por los cazadores de Aguaclara que relata el encuentro entre un joven desconocido y el hada de un manantial.

Item Story

Bajo la luz de luna que caía como el agua de una cascada, el joven de ojos llorosos pidió un deseo en el manantial.
Un hada procedente de un lugar muy lejano, que había establecido su residencia en el solitario manantial, escuchó en silencio el mudo deseo del joven.

Las hadas de los manantiales no tienen recuerdos del pasado ni sueños profundos. Nacen de la esencia del agua, y son las descendientes sin rostro de los ángeles.
Por ello, cuando la curiosa hada emergió del manantial y escuchó el llanto del corazón del muchacho, se sintió muy interesada por su joven y frágil vida.
La silenciosa hada alargó sus dedos sin forma, fríos como la noche y suaves como una bendición caída, para acariciar la frente y las mejillas del joven.

Sobresaltado ante un tacto desconocido, el joven alzó la cabeza y se encontró con la mirada del hada.
“¿Tú puedes hacer que mi deseo se cumpla?”, preguntó.
La abrupta pregunta sorprendió y confundió al hada del manantial, que se limitó a asentir sin decir nada.
El joven, en cambio, se marchó con un aspecto de satisfacción.

Lo que no sabía era que el hada estaba sola. No tenía ni amigos ni familia, y también había perdido una parte de su sabiduría.
Pero cuando el agua del manantial fluyó de entre las grietas de las piedras para converger en su estanque, y cuando el hada contempló el mosaico de la imagen de la luna en la ondulante agua, entonces, poco a poco, pudo recuperar su habilidad para pensar y consiguió imitar fragmentos de palabras.
Como un niño curioso, el hada observaba el mundo con pureza, amor e inocencia. Se regocijaba al ver a los zorros y las ardillas robar bayas, y se sentía triste al contemplar cómo el horizonte quedaba envuelto en nubes oscuras.

Un complejo e inmaduro sentimiento con respecto al joven de aquella noche emergió del corazón del hada.
Ella, que estaba sola en el mundo, no tenía ni el poder ni la sabiduría para concederle su deseo.
Pero sí podía compartirlo con él e impregnarse de vitalidad gracias a ese anhelo.

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