Registros de Jueyun: El Palacio Submarino

Registros de Jueyun: El Palacio Submarino
Registros de Jueyun: El Palacio SubmarinoNameRegistros de Jueyun: El Palacio Submarino
Type (Ingame)Objeto de misión
FamilyBook, Registros de Jueyun
RarityRaritystrRaritystrRaritystr
DescriptionUna colección de historias legendarias y fantásticas de Liyue. Incluye muchas anécdotas cortas y famosas, en su mayoría de temas populares. En concreto, este capítulo contiene anécdotas ficticias sobre leyendas antiguas.

Table of Content
Item Story
Obtained From
Gallery

Item Story

«El palacio submarino»
Llegó el día de la boda.
El majestuoso Dios del Mar estaba sentado en el centro de su caracola gigante, mientras sostenía con las manos las riendas de dos serpientes marinas. Imponentes como la Cordillera Tianheng, se detuvieron ante el carruaje real cuando su maestro aceptó el regalo de perlas de los ancianos del pueblo y dejó a la novia entrar en el vehículo. A cambio, el pueblo sería bendecido por el Dios del Mar con un año sin tormentas ni maremotos.

Llevaron a la novia a un lugar bajo las olas del mar, lejos de casa, de la multitud que celebraba el festivo día, y de su solitaria madre. El Dios del Mar la llevó por un pasillo con grandes columnas, formado por el esqueleto de una ballena muerta, que conducía a una puerta palaciega adornada con brillantes perlas y caracolas iridiscentes. Entraron por la puerta. La joven novia por fin había llegado al palacio que el Dios del Mar había hecho para ella, y que iba a ser su nuevo hogar.
“No tengo ningún interés en los asuntos ordinarios de los mortales”, le dijo el dios a su prometida en un intento para reconfortarla, con una voz como el romper de las olas.
“Este ha sido el nuevo hogar de muchas otras jóvenes mujeres, así como el lugar donde pasaron sus últimos días. Para ellas, que fueron expulsadas de sus pueblos natales, el océano era un lugar de refugio seguro, donde nada ni nadie las molestaría mientras duermen”.

Pero esta joven no quería un nuevo hogar decorado con perlas y caracolas exóticas. El deslumbrante espectáculo del fondo del océano, con criaturas que acechaban en la oscuridad, no la llenaron de paz, sino de temor. Pasaron los días y, cuanto más tiempo permanecía la chica recluida en aquella habitación en la que ni amanecía ni se ponía el sol, más añoraba su hogar natal y más débil y lánguida se volvía.
Hasta que un día, el Dios del Mar notó su alicaído ánimo y, aunque entristecido por su elección, permitió a la joven seguir adelante con su decisión.
“En el putrefacto mundo humano, llegará el día en que te arrepentirás de tu decisión”. El Dios del Mar se quitó una caracola marina que adornaba su cintura y se la regaló a su esposa.
“Llegará el día en que la soplarás y sonará y, entonces, regresarás a este lugar”.

La joven tomó la caracola y regresó a tierra. Pasaron los años y se convirtió en madre. Cuanto más avanzaba su simple y pacífica vida, más le parecía que el palacio del océano fue tan solo un sueño de la infancia. De vez en cuando, las impresionantes vistas del mar, con sus grotescas criaturas, inundaban su mente desde las oscuras profundidades de su memoria. Pero era algo que ocurría muy poco, y pronto se quitó esos pensamientos de la cabeza. Vivió así año tras año, hasta que un día, en la celebración de la boda de su hija, los ancianos del pueblo llegaron a su casa para llevársela. En ese momento, entendió por qué el Dios del Mar dijo hace años que se arrepentiría y que, al final, regresaría junto a él.
Así, el día de la ceremonia, hizo sonar la caracola.
El dios del mar respondió a la llamada, apareciendo de entre las olas para abrazar a la aldea. Pero su abrazo provocó un maremoto en el Océano que inundó el pueblo y se tragó a los aldeanos y ancianos mientras dormían. Un colosal carruaje con forma de caracola tirado por dos gigantescas serpientes marinas se detuvo frente a ella, deslumbrándola con sus brillantes perlas.
La madre tomó a su hija de la mano y se subió al carruaje del Dios del Mar. Era exactamente como los recuerdos de su infancia, solo que, esta vez, el hogar que ahora dejaba atrás había quedado en ruinas bajo las olas del océano.

Obtained From

Quest

IconNameDescriptionRewards
无怨送礼任务$HIDDEN无怨送礼任务$HIDDEN
Registros de Jueyun: El Palacio Submarino1
items per Page
PrevNext

Shop

Name
Jifang Shop
items per Page
PrevNext

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

TopButton